Historia de la fabricación del Papel.



Contenidos del  articulo:
-Definición del papel
-Historia del papel. Orígenes y difusión.
-Evolución técnica de la fabricación del papel.
 Paso de la fabricación manual a la maquina continua.


Texto: Luis Seibert


Definición y Precedentes

 El papel se lo puede definir como una confundo de  fibras de celulosa (hidrato de carbono, específicamente un polisacárido compuesto por glucosa,  producido en los vegetales por medio de la fotosíntesis) que conforman mediante su disposición, un tramado, cuya espesor y tamaño será concedido por la forma, en el caso de la producción artesanal, o por la maquina continua,  en el caso de la producción industrial, constituyendo de esta manera laminas planas de múltiples características y calidades dependiendo de la  función a la cual serán designadas, sobresaliendo la de material escriptorio sobre las demás. Sus métodos de elaboración durante el transcurso de su historia han ido variado, sin embargo, su materia prima principal, la celulosa, no se podido ser aun sustituida.



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Su nombre, deriva de otro material escritorio mas antiguo llamado papiro (Cyperus papyrus), el cual se fabricaba en Egipto de una planta acuática de igual  nombre que se solía encontrar en las riberas del Nilo u otros ríos de África. Para su elaboración, los Egipcios habrían la corteza del tallo de esta planta, cuya forma es parecida a la de  una caña de bambú, perpendicularmente para sacar el liber o tejido celular en tiras delgadas y estrechas, luego de haber mantenido el tallo en remojo durante una o dos semanas. Estas tiras, eran prensadas por medio de un rodillo para eliminar gran parte de la savia y otras sustancias, para luego entrecruzarlas en sentido vertical y horizontal, formando una cinta que podía llegar a unos 18 metros de largo, para volver a ser prendas, esta vez, para que el resto de savia contenida aun en ellas, actué de aglutinante. Por ultimo se frotaba la superficie con una concha o una pieza de marfil durante varios días, para acondicionar la superficie que recibiría la información escrita.
Si exploramos su sentido Etimológico, la palabra papiro proviene del término griego de los egipcios mas conocido como papirosa de egipto πάπυρος  papiros que en latín es papyrus,  tomada del término egipcio antiguo per-peraâ, que significa “flor del rey”, ya que su elaboración era monopolizada por el rey.
Fue en la época de Alejandro Magno que el de este material comenzó a ser conocido de universalmente. Su uso decayó al declinar la antigua cultura egipcia, siendo este sustituido como soporte de escritura por el  pergaminooriginario de Pergamo. Su uso fue disminuyendo hasta  llegar a desaparecer por completo en el siglo XI.




Historia.
(Orígenes y difusión)

El papel tiene sus orígenes en oriente, específicamente en China, donde luego de la destrucción de “libros de madera”  en un incendio en el año 213 A. C., comenzaron a utilizar la seda como material escriptorio. Debido al alto costo de su empleo, se decide cambiar esta materia prima  por otra en la cual se utilizarían materiales más económicos.
            Es en el año 105 de nuestra era,  que se fabricaría la primera hoja de papel propiamente dicho, cuya invención se le es atribuida a un humilde artesano chino llamado Tsai Lun, que prontamente llegaría a ministro de la corte gracias a su descubrimiento.
Su elaboración se llevaba a cabo mediante fibras de Bambú y corteza de Ku-chú, una especie de morena, plumón de algodón, para más tarde utilizar desechos de seda, hilos de pesca y tejidos vegetales. Al no ser exportado, el papel fue desconocido fuera de los límites de las murallas  imperiales hasta  el año 550, en que Japón comenzó a producirlo.
Para los  japoneses el inventor del papel es Kakinomoto Hitomaro, pero   ya en China  y Corea se conocía su fabricación antes de que este individuo  llegara a tener propias experiencias.
Es recién en el siglo VIII, que el conocimiento de la producción del papel comienza a dispersarse  por nuevos territorios, específicamente en tierras árabes, debido a que estos en el año 751, bajo el poder de Abbasid y a través de 2 prisioneros chinos capturados en la “Batalla del Talas”( Batalla librada en alianza con los turcos al mando de Ziyad ibn Salih  contra los ejércitos chinos de la Dinastía Tang, recibirían la noticia del nuevo soporte, dando comienzo a la propagación  del papel en el mundo musulmán, gracias al primer establecimiento fabril del territorio islámico de  Samarcanda, en el Uzbekistán. Dicha ciudad, es una de las más antiguas del mundo aun habitadas. Dada su ubicación, Samarcanda prospero debido a su ubicación, la cual se situaba en la llamada ruta de la seda, entre China y Europa, llegando a ser una de las ciudades más grandes de Asia Central.
Los persas, luego de vencer a los chinos a mediados del S. VIII, también dieron comienzo a la producción.
En el año 795, en Bagdad y luego en Damasco, comienza la fabricación de papel con recortes de algodón, tela y otros tejidos más económicos y resistentes que el papiro. Bombycin, Cotonia o Xyloma fueron las primeras denominaciones que recibiría este material.
La expansión árabe en el mediterráneo llevo esta materia al occidente, siendo Bizancio el primer mercado importante , para mas tarde  agregarse Grecia, en los siglos X y XII.
Los árabes empleaban en su fabricación, casi exclusivamente como materia prima, trapos de algodón, obteniendo así, una mayor calidad.
A través de ellos, el invento tiene difusión por el norte de África, llegando hasta la Península Ibérica, donde Introducirían molinos papeleros, que como sucedería con otras fábricas de aquellos tiempos, serian explotados por los Judíos.  Es asi, como Jativa (ciudad de Valencia) fue la favorecida en recibir la primera fabrica de papel en el año 1154, aunque algunos afirman que en el año 1074 ya se fabricaba papel en esta ciudad, en un pequeño Molino papelero instalado por tal Abu Masayfa. Luego del inicio de la actividad en esta zona, se comienza su fabricación en Toledo y poco mas tarde en Garona.
Cien años antes, en el siglo XI, son los egipcios, Tripolitanos y Sirios los que conocen este nuevo soporte por medio de los árabes, de los cuales los primeros, todavía seguían utilizando papiro.
En el siglo XIII, tres individuos llamados Montgolfier, Malmenaides y Falguerolles, originarios de los montes de Auvernia, se embarcaron en Aigues-Mortes junto a los cristianos, para  formar parte de la séptima cruzada a Tierra Santa llevada a cabe entre los años 1248 y 1254, bajo el reinado de Luis IX de Francia (San Luís). Estos, terminaron por convertirse en prisioneros de los musulmanes, siendo empleados en la fabricación de papel de trapos, aprendiendo el oficio, que pronto, una vez liberados, introducirán en Francia. Instalando en Livradois,  en las cercanías de Aubert, la primera fabrica en 1258,  lugar de Europa donde proliferarían llegando al numero de doscientos tan solo en los alrededores de Aubert, bajo el reinado de Luis XIV.
En Italia, fue la localidad de Fabriano la que aceptaría los primeros establecimientos de producción de papel a escala industrial, siendo en el año 1350 la creación de la primera fabrica.  Luego se abrirían en Voltri, Padua, Travieso y Génova.
Para estas épocas, todavía se dudaría de las propiedades del papel, tanto de su de su resistencia o como de  su durabilidad, y tal es así que el rey
Federico II prefiriendo el  uso del pergamino, prohibió el del papel, porque no lo consideraba duradero, atribuyéndole al material una presunta destrucción apresurada. Otros, como Alfonso X, el sabio, establecía, en sus actas,  diferencias en la utilización de soportes para los manuscritos oficiales, distinguiendo las expedidas “en pergaminos de cuero y otras en pergaminos de paño”


Evolución Técnica
(Paso de la fabricación Manual a la maquina continua)

El los comienzos, el procedimiento de la fabricación artesanal del papel en china consistía en la maceración de sustancias que contuviesen fibras de celulosa,  siendo de procedencia vegetal en un principio, para mas tarde utilizar seda. Una vez obtenidas las fibras, se diluían en agua dentro de un recipiente para que estas queden en suspensión, del cual se sacaban mediante un tamiz (bastidor de madera que contiene una malla de alambre) que permitía su captura, separando las fibras del vehiculo que las transportaba. Una vez obtenidas estas laminas mediante el tamiz, eran situadas entre fieltros que absorbían la humedad, una vez que se enfrentaran a la acción de la prensa.
En último termino, estas hojas eran colgadas para acabar con su secado, dando por terminado el ciclo de fabricación.



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             Una vez que los árabes comienzan la fabricación, sustituyen las fibras vegetales por regazo de tela que eran seleccionados, hervidos, purificados y luego reducidos a pulpa en un molino que los trituraba en presencia de agua, hasta llegar a la obtención de una pasta. Trapos de Lino, de cáñamo, y algodón, eran los utilizados habitualmente.
A principios del siglo XVIII, aparecerá una nuevo método para la disgregación de los trapos mediante el refino Holandés, sustituyendo la maceración utilizada por los árabes, reduciendo los tiempos y efectivizando el rendimiento del trabajo.
Claro, esto no sin resultados negativos para el papel, ya  que el pasar la pasta por las series de cuchillas metálicas, machacando las fibras y acortándolas, reducían la resistencia del papel,  el cual, también, finalizaba teniendo iones metálicos depositados por las cuchillas, mediante el contacto directo. Iones que son catalizadores de reacciones químicas.




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Es hasta 1799, año en el que el francés Luis Nicolas Robert que junto a la  compañía de Didot construiría la maquina continua, que la fabricación del papel se realizaría de manera manual, siendo una producción lenta y costosa, obteniendo una producción en cierto modo limitada, debido al método manual de su elaboración.

La maquina de Robert, constituyo un adelanto importante para la industria, posibilitando una obtención de papel más rapita y de mayor volumen, ayudando de esta manera  a satisfacer la demanda cada vez mayor de este material y sobre todo de la necesitad, en constante crecimiento, de la industria grafica del siglo XIX, de poder imprimir grandes tiradas en el menor tiempo posible, debido a la explosión y explotación de la comunicación grafica sufrida en aquel siglo.

Para acercar una idea de la magnitud alcanzada por aquellos tiempos del consumo de papel en la industria gráfica, no esta demás citar la gigantesca maquina situada en los talleres del diario “la prensa”, de Buenos aires. Esta, de nombre “Hoe”, cuyo cuerpo estaba constituida por veintiuna unidades dobles, llegando a una medida total de cuarenta y seis metros de longitud, con 56 motores  de 1.250 caballos de fuerza, llegaba a la edición  de  840.000 ejemplares de 12 paginas en el transcurso de una hora, consumiendo un volumen total de 70.000 kilogramos de papel, es ese pequeño lapso de tiempo.

Es debido a esta demanda en aumento, que se generara la obligación de realizar una  búsqueda constante de otras materias primas para la obtención de pasta, por medios de procedimientos mecánicos y químicos, ya que los trapos comenzarían a resultar insuficientes. En un principio bastarían el Algodón, el lino, el cáñamo, el esparto, la paja, etc., pero rápidamente se tuvo que recurrir a otras fuentes,  tales como la madera de pino, abeto, eucalipto, etc. buscando fibras vegetales que contengan una mayor concentración de  celulosa.

La idea de reemplazar la maceración de trapos destrozados por la utilización de pasta de corteza y fibra de madera  de ciertos vegetales llega a Europa por intermedio de los misioneros y sus viajes evangelizadores, los cuales una ves llegados a china a desempeñar sus respectivas tareas, adquirieron el conocimiento técnico de los primeros procesos y materiales utilizados en la fabricación originaria del papel.


Los chinos utilizaban caña de Bambú mecánicamente por ralladura o químicamente por medio de la alta presión del acido sulfuroso.

Es a mediados del siglo XVIII, que el reemplazo anteriormente mencionado se comenzara a llevar a cabo en Europa, dando comienzo a continuos ensayos en la fabricación de papel, de manera  industrial,  empleando las mas diversas sustancias con el fin de conseguir la optimización técnica necesaria para cada empleo o finalidad del soporte, como por ejemplo  puede mencionarse el trabajo del norteamericano Tilghmann, de Filadelfia, que en el año 1866, desarrollo un método para la obtención de pulpa mediante un proceso químico, utilizando acido para la separación de las fibras, revolviendo la elaboración practica de la pasta química obtenida de madera para el papel.       
     
Ya un físico francés en 1719, Reaumur, había sugerido la utilización de la madera, para la obtención de pulpa, pero no será hasta 1840 que se pondrá en practica, específicamente en Sajonia, uno de los dieciséis estados federales de la actual Alemania.

El alemán G. Keller inventa un nuevo procedimiento que permitirá  la obtención de pulpa de madera mediante la técnica de molienda, utilizando una piedra giratoria, dándole en nombre de pasta mecánica.

El estudio de otras tantas materias primas se llevarían  a cabo paralelamente, como por ejemplo la del Esparto, planta gramínea, de abundante proliferación en ambientes calidos. Producción ideada en 1857, por Thomas Routledge, fabricante de papel Escoses,  tema que otros abordaran, como por ejemplo  Luis  Colás  que fundo una fabrica de pasta de esparto en La Traille (Vauclase), en el año 1920.

Estos nuevos procedimientos Industriales en los que se ha incorporado la pasta de madera, favorecieron el abastecimiento del mercado en constante crecimiento, pero en detrimento de la calidad, la cual comenzaría a disminuir, ya que los nuevos procesos de blanqueo incorporados y los encolados que contenían sales de alumbre y colofonia disminuyeron la estabilidad del material resultante facilitando la formación de ácidos, acelerando el deterioro del papel, siendo uno de los factores mas dañinos sustancias totalmente inestables como las hemicelulosas y la lignina que ocasionan que el papel sea muy sensible a la luz y a los gases contaminantes, provocando oxidación, amarilleo y friabilidad.

La gran mayoría de los libros producidos en el siglo XIX, contienen altos porcentajes de lignina, lo cual no es muy positivo, cuando analizamos las perspectivas de durabilidad y conservación de los mismos.

En cambio, nos encontramos, evidentemente,  con que los papeles de trapos son los de más larga durabilidad, esto debido a que los papeleros del  siglo XVI trabajaban con celulosa pura (la cual, es una fibra muy resistente al envejecimiento natural), utilizando  pastas neutras sin contaminantes.  Sin ácidos, partículas de hierro, esporas, pigmentos, cloro o cargas en su fabricación.

De las propiedades de los papeles antiguos tenemos como prueba, un manuscrito árabe del año 1009, hallado en la biblioteca del Monasterio del Escorial, escrito sobre papel de algodón.


Texto: Luis Seibert

Bibliografía consultada

-          Euniciano Martín. Artes Graficas, introducción general. Tercera edición. d. Edebe. Barcelona, España. 1986.
-          Francisco Esteve Botey. El Grabado en la Ilustración del Libro. Facsímil de la edición original de 1948. ED. Doce Calles. Madrid, España. 1996.
-          Norberto Pagano. Consideraciones sobre el  papel y su relación con el dibujo artístico. Publicación interna de la asignatura Oficio y Técnicas del Dibujo I, II, III. Del Instituto Universitario Nacional del Arte. Buenos Aires, Argentina.
-          Victor Nep. Historia grafica del libro y de la imprenta. Editorial Victor Leru S. A. Buenos Aires, Argentina. 1977.
-          Hugo Maximo Santarsiero. La producción Grafica, camino al 2000. Introducción a las artes graficas para la publicidad, Marketing, Periodismo y Diseño  Grafico. Edición del autor. Buenos Aires, Argentina. 1991.
-          Guillermo Furlong. Origenes del arte tipográfico en America. Especialmente en la Republica Argentina.  Ed. Huarpes S. A. Buenos Aires, Argentina. 1947.
-          Robert Thornton Morrison & Robert Neilson Boyd. Quimica organica. Editorial Addison Wesley Iberoamericana SA. Quinta Edicion. Mexico. 1990.
-          Harsenio Sáches Hernanpérez. Politica de conservación en bibliotecas. Arcos libros.  Madrid, España. 1999.





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